martes, 23 de noviembre de 2010

Margarita Mayordomo Sánchez. Ven, Capitán Trueno



Ven, Capitán Trueno



Hoy he transitado las avenidas sin luz de la hartura, de la depresión, de la ira,  con  la ansiedad que se amontona en los hombros,
hasta que da la cara, hasta que hiende al cuerpo...

Broncas con jefes inanes, buscadores de prestigio.

Puñaladas compañeras en las vendetas de la envidia, de la  miseria, de la rivalidad de una mosca.

Peleas de aparcamiento, a cuchillo: vergüenza, amenazas, voces...

Hoy necesito una espada. Hoy necesito ir a Ikea.

Hoy Capitán Trueno te arranco de las portadas, de los brazos rubios.
Vente conmigo,  atravesemos los laberintos con cestas y  plantas
y muebles albinos.

Probemos el salmón y las delicatessen, habitemos la piel
de los edredones, asaltemos las camas de pura raza.

En los sótanos de Uppsala, acosado por mil fayris, scotch brites,
y  jabones de coladas impolutas,  te vi mirar con desdén
la fregona de Sigríd  pasando el suelo. Es la épica del día... 

Vagamos a la deriva por pasillos repletos de muebles descuartizados, de fundas con sus cojines, de meriendas con arenques, de sábados por la tarde, y de carros con fin de trayecto en caja.

Acaricio su acero,  estoy cansada,  perdida la orientación, la salida,
necesito que me libre de los tonos naturales,que toque el cuerno de Odín,
que lo pase todo a espada...





 

 

 

 

 

 



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